domingo, noviembre 05, 2006

EL GRAN DANES


SE AVISA DE ANTEMANO QUE ESTE RELATO ES EXCLUSIVAMENTE PARA ADULTOS
Mcintosh seguía despierto, detras de la puerta. Sus manos sudaban friamente, escrutando cada detalle, cada ruido que se sintiera fuera del armario. Mcintosh podia verlo todo desde su posición. Las rendijas separadas por algo de un centimetro, una de la otra, eran un espacio suficiente para lograr observar el resto de la habitación. Lo mejor de todo era que su esposa no tenía idea que estaba el, al contrario, pensaba que la soledad de la casa callaría los constatntes pecados que cometia a escondidas de su marido.
Mcintosh se frotó las manos cuando vió a su mujer arrodillarse con sus nalgas al aire, esperando que "alguien" hiciera lo suyo. Apoyaba su barbilla y sus brazos sobre la cama, manteniendo su trasero parado, desnudo, ofreciendo su sexo al mejor postor, postor que Mcintosh creia saber quien era, pero sabia que la verdad seria muy chocante, sobre todo cuando verificara sus sospechas.
Al cabo de un minuto, un gran danes apareció tras la puerta, enseñando sin pudor como su miembro, rojo, grueso y de casi treinta centimetros, colgaba de su entrepierna, esperando penetrar el interior de su dueña, la cual rosaba su clitoris con la yema de sus dedos. Mcintosh no sabia que pensar, ni mucho menos como reaccionar, cuando en cosa de segundos, el falo canino de su mascota invadió sin verguenza y hasta lo mas profundo, la caverna carnal de su esposa, la cual soltó un gemido de placer que nunca habia escuchado cuando el le hacia el amor.
Su corazón palpitaba a mil, raramente excitado, viendo como su mujer gemia como una verdadera "puta", pidiendole a su perro que se moviera mas rapido y que eyaculara sin asco dentro de ella. No aguantó mas y sin medir las concecuencias, el hombre abrió las puertas del armario e interrumpió aquella escena de sexo bizarro. Su mujer no supo que hacer.
- Me puedo unir??
Su esposa asintió con la cabeza. Al minuto, ella yacia haciendole una mamada espectacular mientras el perro continuaba con su labor. Al poco rato, Mcintosh levantó a su señora y la acomodo en la cama para que subiera encima de el y sin asco, penetrarla vaginalmente mientras su mascota y con la ayuda de la saliba y de los dedos de la "dama", hacia lo suyo por aquel culo que tantas veces Mcintosh habia penetrado. Fue el primer "trio" que realizó la pareja, aunque no fue el ultimo...

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